Magnífico el artículo de Félix de Azúa en "El País" , Cavilaciones de un viajero, de hoy día 27 de mayo. Es genial. Lo suscribo entero y la verdad es que, desde que mi viejo profesor Don Miguel Ruiz me diera las primeras clases de historia, y luego otros con visión un tanto peculiar y torcida (¿verdad Sr. Bullón, alias Siso?) vi claro que España tuvo en su mano dos magníficas oportunidades para no quedarse rezagada en la historia del resto de Europa.
Una fue la invasión napoléonica: os voy a poner al día, que andáis muy retrasados (y de paso, algún beneficio saco yo) debió de pensar Napoleón cuando empezó a mover el tinglado de relevar a la familia borbón reinante, dechado de virtudes y cualidades como todo el mundo sabe. Luego lo que todos conocemos, que éramos muy brutos y preferimos "las caenas" propias a las mejoras provenientes del extranjero, porque los extranjeros son eso, extranjeros (ya lo dice el nombre). A algunos que pelearon para modernizar la monarquía, forma de gobierno no discutida por nadie en aquel entonces, mi tocayo el VII les metió en la cárcel. No iba a dejar el llamado "deseado" que nadie pusiera cortapisas a su poder, proveniente directamente del cielo con la intermediación de la Iglesia Católica, claro.
Ahora que se han cumplido doscientos años de la Guerra de la Independencia, se ha comentado de todo y yo no puedo discutir ni rebatir a nadie, obviendo los extremos que van desde el más rancio patriotismo hasta los que consideran que fue una guerra civil (sí, sí, que lo he oído yo en una tertulia). Yo lo sigo viendo como una oportunidad perdida. ¡qué se le va a hacer!
La segunda fue la Guerra Civil, o más exactamente, que la II Guerra Mundial no pasase por aquí para poder partir desde otra plataforma hacia el futuro al igual que los países vecinos, Portugal aparte, claro. Recuerdo las conversaciones con mi padre, al cual le habría tocado de pleno participar en la verbena, negándose ni siquiera a oir las supuestas ventajas que habría reportado el hecho. Claro, que mi padre vivió la posguerra, en un país arrasado, reprimido, en el que nadie se atrevía a respirar en público por si algún chivato iba a dar el cante a la Guardia Civil. Y de aquella, ya se sabe, el mero hecho de entrar en un cuartelillo era toda una aventura, por lo incierto de la salida. Si los aliados hubiesen invadido la península (menudas playas hay en Levante para un desembarco masivo), España habría podido beneficiarse de las ayudas del Plan Marshall, tener una democracia desde el principio como sus vecinos y sin tener (como dice de Azúa) "que avanzar vertiginosamente desde los años 80".
Historia-ficción, claro, porque tal vez el peso de España en cuanto a territorio (otra cosa, creo que no) podría haber retrasado o alterado el desarrollo de los acontecimientos que sí sucedieron. ¿Se imaginan Vds. a los estadounidenses prestándose a los intentos de los exiliados del PNV de facilitarles desembarcos a cambio de garantizar la independencia de "los vascos"? ¿Y a los submarinos británicos dejando la base de Gibraltar para asentarse en el puerto de Barcelona y así defender los derechos de la oprimida región catalana?. ¿La legión extranjera francesa aprendiendo el himno gallego?.
Los aliados entreteniéndose en la piel de toro... y Stalin sin pararse en Berlín y llegando hasta los Pirineos. Total, al final, habríamos seguido otro destino.
¿Será que no tenemos remedio?
Mostrando entradas con la etiqueta evolución. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta evolución. Mostrar todas las entradas
miércoles, 27 de mayo de 2009
lunes, 25 de mayo de 2009
Niñosss...
Al poco de que naciera mi primer hijo, se publicó en “El País” una viñeta de Forges en el que se veía un bocadillo con el llanto de un niño (Buahhhhhhhhhhhhh…) y otro en el que un adulto decía “¡Déjale la motosierra al niño, coñes!”.
Es un chiste pero también es una realidad: con tal de que no moleste, al niño se le deja o se le da cualquier cosa. No importa lo ruidosa, molesta o peligrosa que sea: que se calle y no incordie…a los papás, claro. ¡Quién no ha sufrido alguna vez durante un viaje largo (eterno) en tren o en avión las andanzas de un maleducado!
Ojo, que no me quejo de que un crío no me deje dormir porque le estén saliendo los dientes o esté enfermo. Bastante mal lo estará pasando él y sus padres, pero si sus progenitores le mantienen despierto hasta las tantas de la madrugada para que por la mañana no les despierte a ellos, pues eso sí me molesta (sobre todo si no me deja dormir a mí).
La pedagogía moderna ha causado estragos en la juventud actual y no digamos en la venidera. Cualquiera que viva en comunidad (la mayoría) sabe lo que puede significar llamar la atención a un niño de 4 ó 5 años porque esté arrancando hojas, flores o frutos de un arbolillo del jardín de todos; lo más normal es que el niño no entienda lo que le dices, porque no está acostumbrado a que nadie le llame la atención, a que nadie le ponga cortapisas a su actuación, y más si es un extraño, aunque sea un vecino.
Lo segundo y más grave es la reacción de sus padres; ahí puede pasar de todo; “Vd. no vuelva a tocar a mi hijo” te dirán, aunque hayas evitado que el pequeño monstruo se despeñara al foso de la entrada del garaje. Ellos estaban de charla en un banco al sol (o la sombra) y su retoño se encaramaba como si fuese una cabra y tiraba piedras a quien pasaba por debajo.
Vale, de acuerdo, faenas las hemos hecho todos, algunas cuadradas y más en grupo, porque lo que no se le ocurre a uno se le ocurre a otro. De lo que me quejo es de la reacción de los papás. A mí me bastaba con que mi madre me chistase desde la ventana y cualquier persona mayor (mayor que nosotros, los críos) te podía regañar e incluso cogerte de una oreja y llevarte a tu casa para que tus padres tomaran nota de lo que habías hecho. Por la cuenta que traía, más te valía que nadie te tuviera que llamar la atención. En casa se consideraba prueba irrefutable la declaración de un adulto… ya me entienden ustedes.
Es fácil criticar, sobretodo si no tienes ni idea de lo que se está hablando. El escritor Lorenzo Silva, en su libro “La niebla y la doncella” pone en boca de uno de los personajes ( Vila, a la sazón sargento de la Pica) la siguiente reflexión: “Pero creo que para reducir los daños uno debe aceptar que el oficio de padre es algo antipático. Puedes hacerlo con más o con menos dulzura, pero te toca poner límites. Y a la vez, cuidar de no cortarle las alas al polluelo. Se dice fácil”.
Cualquiera que sea padre habrá reconocido en estas frases una de las mayores verdades del universo (bueno, vale, me he pasado) pero es que es así. Protesto contra el papel de papá enrollado que tanto daño ha hecho. Hijo: yo no soy tu amigo, soy tu padre y no puedes hacer todo lo que quieras, siempre que quieras, en cualquier sitio en el que quieras. La vida pone límites, y si no los conoces y no sabes cómo enfrentarte a ellos, te convertirás en un frustrado, lo cual a su vez te llevará a dos opciones: o te quedas acongojonado en un rincón o te conviertes en delincuente porque no se te resista nada ni nadie.
Dice el sargento Vila también: “supuestamente hay un justo medio virtuoso, que consiste en joder al cachorro lo mínimo y proporcionarle las máximas posibilidades de salir a pelear solo, pero ese equilibrio no está siempre tan claro como uno querría.” Efectivamente, los cachorros no vienen con manual de instrucciones y siendo pequeños sí te das cuenta de que el ser humano es racional: aprenden a una velocidad pasmosa, lo bueno y lo malo. Luego, cuando superan la edad agradable y entran en la edad del gamberrete es cuando se nota el poso que deberías haber dejado en ellos: además de expresarse correctamente, deben ser capaces de jugar pero también de parar cuando toque. No puedes andar pidiéndoles por favor durante una hora y media que dejen la consola de marras y se metan en la ducha.
Una vez en un tren Valencia-Madrid presencié la humillación permanente de una madre durante las cinco horas que duraba el trayecto. Se pasó el viaje rogando, suplicando, implorando a un monstruo de no más de 5 años que no gritase, que no la pegase, que no le mordiera, que no se levantara… ¡qué pena! Yo de aquella no tenía hijos, pero ya lo tenía claro: el monstruo de marras habría visitado conmigo el aseo, se habría llevado dos azotes bien dados (sin miradas que me denunciasen, claro) y se habría estado quietecito el resto del camino.
Yo no me considero modelo de nada, ni de padre ni de persona (que tengo más faltas que una pelota rota), pero no voy a dejar que me tiranice nadie, menos un monstruo de pocos años y que encima es mi hijo, así que:
¡Resistámonos, padres! ¡Repetid conmigo!:
- no compraré teléfono móvil al crío hasta que sea estrictamente necesario, no porque lo tengan los de su clase;
- no pondré televisión en la habitación del crío; la tele en común une y enseña a compartir;
- no pondré router inalámbrico para que se vaya con el ordenador portátil a su habitación: el ordenador con horario y en sitio común;
- no compraré versiones superiores de la misma consola por mucha mejora de gráficos o sonidos que tenga. Y si se han pasado ya los juegos, yo todavía voy por la pantalla 3 del de aviones (por ejemplo);
Y además así les enseñaremos que hay que negociar en esto y en todo. Y a veces incluso terminarán victoriosos… porque acabaremos cediendo, ¿verdad?.
Es un chiste pero también es una realidad: con tal de que no moleste, al niño se le deja o se le da cualquier cosa. No importa lo ruidosa, molesta o peligrosa que sea: que se calle y no incordie…a los papás, claro. ¡Quién no ha sufrido alguna vez durante un viaje largo (eterno) en tren o en avión las andanzas de un maleducado!
Ojo, que no me quejo de que un crío no me deje dormir porque le estén saliendo los dientes o esté enfermo. Bastante mal lo estará pasando él y sus padres, pero si sus progenitores le mantienen despierto hasta las tantas de la madrugada para que por la mañana no les despierte a ellos, pues eso sí me molesta (sobre todo si no me deja dormir a mí).
La pedagogía moderna ha causado estragos en la juventud actual y no digamos en la venidera. Cualquiera que viva en comunidad (la mayoría) sabe lo que puede significar llamar la atención a un niño de 4 ó 5 años porque esté arrancando hojas, flores o frutos de un arbolillo del jardín de todos; lo más normal es que el niño no entienda lo que le dices, porque no está acostumbrado a que nadie le llame la atención, a que nadie le ponga cortapisas a su actuación, y más si es un extraño, aunque sea un vecino.
Lo segundo y más grave es la reacción de sus padres; ahí puede pasar de todo; “Vd. no vuelva a tocar a mi hijo” te dirán, aunque hayas evitado que el pequeño monstruo se despeñara al foso de la entrada del garaje. Ellos estaban de charla en un banco al sol (o la sombra) y su retoño se encaramaba como si fuese una cabra y tiraba piedras a quien pasaba por debajo.
Vale, de acuerdo, faenas las hemos hecho todos, algunas cuadradas y más en grupo, porque lo que no se le ocurre a uno se le ocurre a otro. De lo que me quejo es de la reacción de los papás. A mí me bastaba con que mi madre me chistase desde la ventana y cualquier persona mayor (mayor que nosotros, los críos) te podía regañar e incluso cogerte de una oreja y llevarte a tu casa para que tus padres tomaran nota de lo que habías hecho. Por la cuenta que traía, más te valía que nadie te tuviera que llamar la atención. En casa se consideraba prueba irrefutable la declaración de un adulto… ya me entienden ustedes.
Es fácil criticar, sobretodo si no tienes ni idea de lo que se está hablando. El escritor Lorenzo Silva, en su libro “La niebla y la doncella” pone en boca de uno de los personajes ( Vila, a la sazón sargento de la Pica) la siguiente reflexión: “Pero creo que para reducir los daños uno debe aceptar que el oficio de padre es algo antipático. Puedes hacerlo con más o con menos dulzura, pero te toca poner límites. Y a la vez, cuidar de no cortarle las alas al polluelo. Se dice fácil”.
Cualquiera que sea padre habrá reconocido en estas frases una de las mayores verdades del universo (bueno, vale, me he pasado) pero es que es así. Protesto contra el papel de papá enrollado que tanto daño ha hecho. Hijo: yo no soy tu amigo, soy tu padre y no puedes hacer todo lo que quieras, siempre que quieras, en cualquier sitio en el que quieras. La vida pone límites, y si no los conoces y no sabes cómo enfrentarte a ellos, te convertirás en un frustrado, lo cual a su vez te llevará a dos opciones: o te quedas acongojonado en un rincón o te conviertes en delincuente porque no se te resista nada ni nadie.
Dice el sargento Vila también: “supuestamente hay un justo medio virtuoso, que consiste en joder al cachorro lo mínimo y proporcionarle las máximas posibilidades de salir a pelear solo, pero ese equilibrio no está siempre tan claro como uno querría.” Efectivamente, los cachorros no vienen con manual de instrucciones y siendo pequeños sí te das cuenta de que el ser humano es racional: aprenden a una velocidad pasmosa, lo bueno y lo malo. Luego, cuando superan la edad agradable y entran en la edad del gamberrete es cuando se nota el poso que deberías haber dejado en ellos: además de expresarse correctamente, deben ser capaces de jugar pero también de parar cuando toque. No puedes andar pidiéndoles por favor durante una hora y media que dejen la consola de marras y se metan en la ducha.
Una vez en un tren Valencia-Madrid presencié la humillación permanente de una madre durante las cinco horas que duraba el trayecto. Se pasó el viaje rogando, suplicando, implorando a un monstruo de no más de 5 años que no gritase, que no la pegase, que no le mordiera, que no se levantara… ¡qué pena! Yo de aquella no tenía hijos, pero ya lo tenía claro: el monstruo de marras habría visitado conmigo el aseo, se habría llevado dos azotes bien dados (sin miradas que me denunciasen, claro) y se habría estado quietecito el resto del camino.
Yo no me considero modelo de nada, ni de padre ni de persona (que tengo más faltas que una pelota rota), pero no voy a dejar que me tiranice nadie, menos un monstruo de pocos años y que encima es mi hijo, así que:
¡Resistámonos, padres! ¡Repetid conmigo!:
- no compraré teléfono móvil al crío hasta que sea estrictamente necesario, no porque lo tengan los de su clase;
- no pondré televisión en la habitación del crío; la tele en común une y enseña a compartir;
- no pondré router inalámbrico para que se vaya con el ordenador portátil a su habitación: el ordenador con horario y en sitio común;
- no compraré versiones superiores de la misma consola por mucha mejora de gráficos o sonidos que tenga. Y si se han pasado ya los juegos, yo todavía voy por la pantalla 3 del de aviones (por ejemplo);
Y además así les enseñaremos que hay que negociar en esto y en todo. Y a veces incluso terminarán victoriosos… porque acabaremos cediendo, ¿verdad?.
Etiquetas:
educación,
evolución,
Lorenzo Silva,
niños,
niños maleducados,
padres,
Vila
jueves, 21 de mayo de 2009
Econo... mía y tuya también
Econo..mía y tuya
Dice un dicho que un economista es una persona que te explicará mañana por qué no se cumplió hoy lo que había pronosticado ayer.
¡Qué mala leche! ¿Verdad? Y cada vez me parece más cierto. ¿Se acuerdan Vds. de que en julio del año pasado, con el precio del barril de petróleo disparado, había analistas (o tertulianos de nómina) que apuntaban que ese precio seguiría imparable hasta los 200 dólares por barril? Llegaban a decir que había que invertir en petroleras… ¡menudos linces! Ojo de topo sería su nombre indio más adecuado.
En julio había indicios serios de que la actividad económica no iba tan bien como hasta entonces, empresas habitualmente serias empezaban a retrasar o a negociar pagos y por ende, tú como empresario o como autónomo acabas retrasando tus pagos…mientras puedas y te dejen los bancos y hacienda ¿Y qué decían los que mandaban : pues que no había crisis ni visos de que la hubiera.
Lo bueno es cuando tu principal cliente te informa en septiembre de que no tiene dinero para pagarte y que te busques otro, porque él no va a contratar tus servicios. Color cera, ese es el tono exacto que adquiere tu piel cuando lo oyes.
Te lías la manta a la cabeza y te pones a buscar trabajo: cualquier trabajo. Te apuntas a todos los motores de búsqueda de empleo, conocidos y menos conocidos, te apuntas al paro y te vuelves mico enviando tu currículo a todas las ofertas en las que crees que puedes encajar. Mes y medio enviando tus datos y tu historial y ni siquiera te contestan para decirte que “gracias, negros ojos tienes y … puerta”. A todo esto, los que mandan dicen por entonces que “esperan un aterrizaje suave de la economía”.
Estamos en mayo, los datos económicos apuntan a un número de parados escalofriante y un bajón del producto interior bruto, buen indicador de la salud económica, que pasa del 4%. ¿Pero sabemos lo que quiere decir esto? No, la mayoría no, y casi es mejor no pensarlo: la economía no sólo no crece sino que se destruye, a unos niveles no conocidos en los últimos 30 años. ¿Tendrán que emigrar los españoles a buscar trabajo como hicieron en los 50 y los 60? Pues no lo sé. No hay trabajo, no hay mecanismos estructurales para crearlo y hay tortas para conseguir un puesto de recepcionista mal pagado y con horario canalla. ¡Cómo estarán disfrutando algunos! Pueden escoger entre un montón de candidatos, estableciendo los requisitos que se les ocurra… y los que mandan dicen ahora que “se empieza a ver la luz al final del túnel”.
¿Por qué será que cada vez creemos menos a los que se supone nos deben de guiar y administrar? ¿Será porque cobran un buen sueldo (no me digan que el de diputado en el congreso o en un parlamento autonómico no está mal) y además tienen una serie de gastos cubiertos (cafés baratos, dietas, tarjetas para viajar gratis en avión o en tren…) y tú no tienes ni derecho a cobrar paro porque eres autónomo, porque si no eres autónomo no cuentan contigo, así ellos se ahorran pagarte la seguridad social y pueden prescindir de tus servicios en cualquier momento: “… que el lunes que viene no vengas ya, que no te necesitamos y la factura del mes antepasado ya si eso, a ver si te la pagamos el mes que viene…” y son tan inútiles que ni así crean empleo ni riqueza: prefieren tener a la gente cabreada y a disgusto, pero ahorran y ellos sí tienen un sueldazo.
Hay que volver al gremio, al sindicato, a la tarifa mínima, al mínimo de derechos; mientras no sea así, seguirán abusando, no sólo los muy ricos, sino el más simple de los supuestos empresarios .
No te creas nada…pelea. La econo no es sólo mía, también es tuya, todo el mundo está relacionado, y si no, echad un ojo a la magnífica explicación que hizo de cómo se gesto la crisis el economista Leopoldo Abadía, en el programa de Buenafuente:
http://www.youtube.com/watch?v=lU-j2mIwOpE
Dice un dicho que un economista es una persona que te explicará mañana por qué no se cumplió hoy lo que había pronosticado ayer.
¡Qué mala leche! ¿Verdad? Y cada vez me parece más cierto. ¿Se acuerdan Vds. de que en julio del año pasado, con el precio del barril de petróleo disparado, había analistas (o tertulianos de nómina) que apuntaban que ese precio seguiría imparable hasta los 200 dólares por barril? Llegaban a decir que había que invertir en petroleras… ¡menudos linces! Ojo de topo sería su nombre indio más adecuado.
En julio había indicios serios de que la actividad económica no iba tan bien como hasta entonces, empresas habitualmente serias empezaban a retrasar o a negociar pagos y por ende, tú como empresario o como autónomo acabas retrasando tus pagos…mientras puedas y te dejen los bancos y hacienda ¿Y qué decían los que mandaban : pues que no había crisis ni visos de que la hubiera.
Lo bueno es cuando tu principal cliente te informa en septiembre de que no tiene dinero para pagarte y que te busques otro, porque él no va a contratar tus servicios. Color cera, ese es el tono exacto que adquiere tu piel cuando lo oyes.
Te lías la manta a la cabeza y te pones a buscar trabajo: cualquier trabajo. Te apuntas a todos los motores de búsqueda de empleo, conocidos y menos conocidos, te apuntas al paro y te vuelves mico enviando tu currículo a todas las ofertas en las que crees que puedes encajar. Mes y medio enviando tus datos y tu historial y ni siquiera te contestan para decirte que “gracias, negros ojos tienes y … puerta”. A todo esto, los que mandan dicen por entonces que “esperan un aterrizaje suave de la economía”.
Estamos en mayo, los datos económicos apuntan a un número de parados escalofriante y un bajón del producto interior bruto, buen indicador de la salud económica, que pasa del 4%. ¿Pero sabemos lo que quiere decir esto? No, la mayoría no, y casi es mejor no pensarlo: la economía no sólo no crece sino que se destruye, a unos niveles no conocidos en los últimos 30 años. ¿Tendrán que emigrar los españoles a buscar trabajo como hicieron en los 50 y los 60? Pues no lo sé. No hay trabajo, no hay mecanismos estructurales para crearlo y hay tortas para conseguir un puesto de recepcionista mal pagado y con horario canalla. ¡Cómo estarán disfrutando algunos! Pueden escoger entre un montón de candidatos, estableciendo los requisitos que se les ocurra… y los que mandan dicen ahora que “se empieza a ver la luz al final del túnel”.
¿Por qué será que cada vez creemos menos a los que se supone nos deben de guiar y administrar? ¿Será porque cobran un buen sueldo (no me digan que el de diputado en el congreso o en un parlamento autonómico no está mal) y además tienen una serie de gastos cubiertos (cafés baratos, dietas, tarjetas para viajar gratis en avión o en tren…) y tú no tienes ni derecho a cobrar paro porque eres autónomo, porque si no eres autónomo no cuentan contigo, así ellos se ahorran pagarte la seguridad social y pueden prescindir de tus servicios en cualquier momento: “… que el lunes que viene no vengas ya, que no te necesitamos y la factura del mes antepasado ya si eso, a ver si te la pagamos el mes que viene…” y son tan inútiles que ni así crean empleo ni riqueza: prefieren tener a la gente cabreada y a disgusto, pero ahorran y ellos sí tienen un sueldazo.
Hay que volver al gremio, al sindicato, a la tarifa mínima, al mínimo de derechos; mientras no sea así, seguirán abusando, no sólo los muy ricos, sino el más simple de los supuestos empresarios .
No te creas nada…pelea. La econo no es sólo mía, también es tuya, todo el mundo está relacionado, y si no, echad un ojo a la magnífica explicación que hizo de cómo se gesto la crisis el economista Leopoldo Abadía, en el programa de Buenafuente:
http://www.youtube.com/watch?v=lU-j2mIwOpE
miércoles, 20 de mayo de 2009
Cambio climático y III
CONSIDERACIONES III
El Ártico se funde, es obvio. La capa de hielo se retira, el grosor del hielo se reduce, los osos polares van a tener problemas… ¿Saben vds que el hielo del Ártico tiene unos dos mil años? ¿y qué había antes de esa fecha? ¿había hielo? ¿agua?
¿Por qué los vikingos llamaron Groenlandia a esa gran isla? (Groen, Grün, Grön= verde). Mira que si pasaron por allí y era verde la isla porque el hielo se había fundido cuando ellos navegaban por esas latitudes.
Pero ya está informada la Humanidad y todo el mundo sabe que el cambio climático existe, que es una catástrofe y que el planeta se va al garete.
Y en éstas aparece en el horizonte la solución a nuestros problemas energéticos, clave para no contaminar más y salvar la vida tal y como la concebimos; dicen que es limpia y barata, y que sus fuentes son amplísimas. ¿No lo han notado vds.? No hablamos de energía eólica o solar, no. Sutilmente, desde hace un tiempo en los medios de comunicación salen sesudos analistas hablando maravillas de la energía nuclear. Sí. Esa. Limpia, dicen, por eso no quiere nadie que los residuos (activos por siglos) estén cerca de sus casas. Fuentes casi inagotables: minas de uranio, ¿en manos de quién están esas fuentes? ¿Viaja alguno de sus propietarios en el metro con nosotros? Centrales nucleares: el negocio está en la construcción del monstruo. ¡Cuánto cemento y hormigón se necesita para levantar semejante fábrica de energía!
No nos dejemos engañar: la electricidad sí es limpia; los residuos radiactivos son perpetuos (a escala humana, no geológica) y el negocio de la construcción es una milonga para los de siempre.
No se crean nada y piensen. Es gratis… aún.
El Ártico se funde, es obvio. La capa de hielo se retira, el grosor del hielo se reduce, los osos polares van a tener problemas… ¿Saben vds que el hielo del Ártico tiene unos dos mil años? ¿y qué había antes de esa fecha? ¿había hielo? ¿agua?
¿Por qué los vikingos llamaron Groenlandia a esa gran isla? (Groen, Grün, Grön= verde). Mira que si pasaron por allí y era verde la isla porque el hielo se había fundido cuando ellos navegaban por esas latitudes.
Pero ya está informada la Humanidad y todo el mundo sabe que el cambio climático existe, que es una catástrofe y que el planeta se va al garete.
Y en éstas aparece en el horizonte la solución a nuestros problemas energéticos, clave para no contaminar más y salvar la vida tal y como la concebimos; dicen que es limpia y barata, y que sus fuentes son amplísimas. ¿No lo han notado vds.? No hablamos de energía eólica o solar, no. Sutilmente, desde hace un tiempo en los medios de comunicación salen sesudos analistas hablando maravillas de la energía nuclear. Sí. Esa. Limpia, dicen, por eso no quiere nadie que los residuos (activos por siglos) estén cerca de sus casas. Fuentes casi inagotables: minas de uranio, ¿en manos de quién están esas fuentes? ¿Viaja alguno de sus propietarios en el metro con nosotros? Centrales nucleares: el negocio está en la construcción del monstruo. ¡Cuánto cemento y hormigón se necesita para levantar semejante fábrica de energía!
No nos dejemos engañar: la electricidad sí es limpia; los residuos radiactivos son perpetuos (a escala humana, no geológica) y el negocio de la construcción es una milonga para los de siempre.
No se crean nada y piensen. Es gratis… aún.
Etiquetas:
Ártico,
cambio climático,
central nuclear,
energía nuclear,
evolución,
historia
Suscribirse a:
Entradas (Atom)