martes, 3 de agosto de 2010

Escrito preventivo


En este mes de agosto se repiten los tópicos de todos los años: que si se va mucha gente, que si no se van tantos como debieran, que si hace años se notaba más vacío Madrid, bla, bla, bla... pero entre las novedades, en estos últimos días los políticos que nos rigen y que parecen dedicarse a buscar y crear problemas nuevos en lugar de arreglar los que tenemos los administrados, han ideado una de las grandes revoluciones del siglo XXI: el despido preventivo. Dentro de la magnífica reforma laboral ésta que han parido desde las alturas (y que tan poco entusiasmo despierta en ningún sector de los afectados), proponen que cuando existan razones objetivas que apunten a que va a haber pérdidas, para evitar éstas se eche a la calle al currito. A ese al que se le aprieta en cuestiones de horario, al que se le baja el sueldo, al que se le cambia el turno...

Nadie habla de la ineptitud del que está sentado en un despacho, tomando decisiones equivocadas una y otra vez, decidiendo nuevas líneas que arruinan el trabajo anterior, inventando nuevos protocolos que retrasan innecesariamente la labor ya en marcha; ese que disfruta de un buen (a veces insultante) sueldo.

Resulta que en una empresa dada (privada o pública, por ejemplo), un menda puesto a dedo decide que para evitar pérdidas, va a despedir a treintaytantos, por ejemplo. ¿No podemos dar la vuelta al argumento y despedirle a él? ¿No es él el máximo dirigente que NO consigue beneficios, que es incapaz de obtener de las autoridades los apoyos necesarios ni capaz de motivar a los trabajadores para que aprieten en su labor diaria? Pues, preventivamente, que le despidan a él.

Hace dos semanas, a mi mujer le regalaron unos pendientes, y uno de ellos carecía de una tuerca. Así que paseando ante una tienda de la empresa de marras, entró a pedir (ingenua ella) una tuerca para el pendiente. Le costó un euro una tuerquecita minúscula. Ustedes pueden pensar que es caro, que regalando nadie se hace rico, que qué sagaz ha sido quien ha decidido cobrar un euro por una tuerca. Ahora, vamos a echar cuentas:

parte propocional del trabajo de la dependienta atendiendo la solicitud;

coste material (transporte incluído) de la tuerca en sí misma;

carpetita de la marca en color de rosa;

papel térmico de impresión del recibo como que se ha vendido la tuerca (cuyo código tiene 27 caracteres);

papel térmico de impresión del certificado de autenticidad de la tuerca, junto a unas recomendaciones de mantenimiento;

parte propocional del trabajo de la dependienta cobrando e imprimiendo los papeles antes mencionados, a lo que hay que sumar la copia que la tienda conserva...

¿Cuánto beneficio le ha quedado a la tienda?, ¿Seguro que regalando la pieza habría perdido dinero? Yo, con algo de mala idea, habría pagado con tarjeta de crédito.

Es un detalle, pero puede ser un ejemplo (otro más) de que quien toma las decisiones no suele vivir entre gente "normal".

Agosto, buen mes, que Vds. lo pasen bien conociendo nuevos sitios o visitando los ya conocidos... o currando que la gran ciudad ofrece algunas ventajas en este augusto mes...jejeje


Disfruten.


Nota: la foto es mía y la he hecho yo.