lunes, 16 de julio de 2012

Cambiar de aires

Me han dicho de todo, menos "guapo" desde que puse en el facebook una foto y un comentario sobre irme de la agencia. No veo razones para seguir en la empresa. Lo digo porque veo que los que mandan muy arriba se empeñan en ir a peor; siento que sigo en las mismas manos que, con apoyo de convenio colectivo de empresa y con un paripé de comisión de conciliación que "trató" mi caso, me impiden tener una vida más allá de la sexta letra del abecedario. Bueno, sí, hay tres muy buenas razones para seguir: tengo unos compañeros (plural genérico) fantásticos, el curro me gusta y pagan todos los meses.
Ahora, las cosas cambian: el que recorta impone y las jefas dicen amén; jolín, nunca hay ninguna que diga "no" al de arriba. El plan no mola porque tiene pinta de convertir lo de trabajar en fin de semana en algo fijo, como los de deportes. Y yo, por ahí, no trago. Luego ellas no vienen, no curran en fin de semana, no curran las fiestas. Tú haces su curro (total, a diario, como tampoco hablan inglés, tienes que dejar lo tuyo para completar lo que ellas no pueden hacer), haces el tuyo y sacas el servicio. Luego todo son pegas para poder librar. Si el sitio en el que trabajo es tan importante, básico y fundamental, toma medidas, distribuye tus gentes. No se reconoce que tienes que trabajar en inglés y encima, eso se convierte en un impedimento para poder moverte. Me niego a que de mis ojos o de mis muñecas se saquen beneficios económicos quienes te niegan todo lo que pueden.

He hablado con personal (Segovia y Pedro Pérez son los paños de mis lágrimas); he hablado con dos abogados y me lo han confirmado: no dejaré de trabajar en el turno de tarde perpetuo hasta que a la directora le parezca.  ¿Por qué no le parece? Pues no lo sé; al cabo de tantos años no te da ninguna explicación. En el turno de la mañana trabajan de forma fija compañeras que tienen menos antigüedad, categoría, y ... ninguna tiene hijos. Si encima le sumas que dos de ellas cobran un "plus" por turnar, pues entonces NADIE que no conozca la agencia lo entiende. Eso sí, si hubiera sido al contrario (mujer con hijos pidiendo poder turnar), habría venido hasta la Aído a dar voces a la puerta. Pero como yo soy yo, ahí te las apañes. Me he hartado de explicar que yo no quiero joder la vida a nadie y que me conformo con turnar de mes en mes o de semestre en semestre, pero nada.

Gracias a la gente de recursos humanos y a las dirigentes del departamento de documentación, he podido disfrutar de períodos (no más de 3 meses) en los que tenía un horario normal, de mañana, que me permitía ver a mi familia por la tarde. Sé que hay quien no quiere volver a su casa porque o no tiene perro que le ladre o porque no quiere a los que le ladran, pero afortunadamente, ese no es mi caso.  Incluso pedí hablar con el presidente Vera, que me escuchó y me dijo que hablaría con mi directora y con el director de RRHH.  No voy de presumido por la vida, pero llevo 19 años en la empresa; he estado en televisión, en documentación y en gráfica. Y podría estar en casi cualquier sitio, pero no quiero seguir de tarde, para siempre y trabajando una burrada de fines de semana... y encima ahora, con menos sueldo.


Uno se va volviendo viejo y, en mi caso, aprende a confiar en sus primeras impresiones. Alguna vez me he equivocado, pero ahora creo sinceramente que es el momento de abrirme. Cuando pedí la excedencia (estamos, al cabo de 5 años, en el mismo punto) porque no veía a mi familia, vi que había un mundo fuera. Cruel, duro y difícil, pero también abierto. Gracias a pasarlas canutas, recuperé una de las pasiones primeras de mi vida: la enseñanza. No ponen pegas a la edad, más bien al contrario, y aunque no me veo opositando, tengo una opción a entrar en una cooperativa de profesores que se está formando. No me pidan ilusiones, pero hay cosas que hacer fuera. Lo que no haré es buscar trabajo en el gremio; ya vi cómo estaba hace unos años y el sitio que mejor paga es la agencia, sin duda. Así que, como el de la foto, me pongo el casco, el chaleco antibalas y me voy a la guerra.


Son  muchos años, muchos compañeros, buenos ratos y malos también, pero de todo se aprende. Una vida al fin y al cabo.
Gracias a todos los que os habéis preocupado y también a los que, de una forma u otra, me habéis ayudado.


He preparado un álbum de fotos en el facebook. Disfrutadlo.

6 comentarios:

  1. Nunca olvidaré aquel viaje a NY y MIAMI con Aznar. Un beso y mucha suerte!!!!

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  2. Fernando,

    Ich wünsche dir das beste.

    Que sabes alemán incluso.... Yo he renegado del que sé

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  3. Mucha suerte Fer, aprendí mucho de ti en la agencia (y todavía aprendo en todo lo que compartes en blog, Facebook, etc.)

    Siento mucho que te hayan puesto entre la espada y la pared, yo haría lo mismo. Si me hacen elegir entre mi familia y mi trabajo, lo tengo claro. Prefiero fregar escaleras por una miseria que renunciar a tiempo con mi hijo.

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