miércoles, 6 de marzo de 2013

Marcarse un meridiano

Hace ya un tiempo que las prisas dejaron de condicionar mi vida, accidentes familiares aparte. Muchos años pasé en una agencia de noticias y ahora prefiero los "procesos" (evolucionando en el tiempo) a los "sucesos". Es decir, que no me corría prisa escribir sobre un libro para ser el primero en ponerlo por las nubes o a caer de un burro. Tampoco aspiro a crítico literario porque, entre otras cosas, leo lo que me da la gana y no lo que me manden o se publique.

Tardé en hincarle el diente a "La marca del meridiano" de Lorenzo Silva por diversos motivos.




El primero, el vil metal. En mi casa estamos (como digo yo un pelín exageradamente) en "economía de guerra"; así que vicios, los justos. Uno entiende un poco de presupuestos y cuando hay, hay y si no, se ahorra y se espera. Pues eso.
El segundo es una especie de fobia a los libros premiados. Manías de viejo que se me han manifestado desde que era un crío. Y para muestra, un botón: tardé 10-años-10 en ver "E.T." sencillamente porque todo el mundo hablaba maravillas y estaba en todas partes a todas horas. "Pues ya iré si eso..." pensé.

Nunca he comprado un libro porque le hubieran dado un premio. Lo he comprado porque me ha dado la gana básicamente, basándome en "mi" experiencia con el autor, el personaje de turno, el tema o yo qué sé qué: pálpito, instinto o algo de sexto sentido.

En esta ocasión, fue el personaje quien me hizo aflojar la tela: mi picoleto favorito, el brigada Vila (apócope manejable de su apellido Bevilacqua), se embarca en toda una aventura para aclarar el asesinato de su antiguo mentor y colega.

El libro me ha gustado, claro, primero porque soy fan de Vila (ya estoy descalificado para crítico ¿ven?) y también por :
- manejo de los personajes; un descubrimiento genial el brigada López de asuntos internos.
- la dosificación de la acción: muy bueno, por real, el operativo de los GRS y la sensación de catástrofe inminente cuando "Juanito" tiene que sacar el hacheká.
- la relación entre el equipo investigador, aunque quien no haya leído las anteriores andanzas de Vila y Chamorro puede no captar muchos mensajes y alusiones.
- Vila, por mor de su relación anterior con el fallecido, sabe lo que es cruzar la línea, el meridiano al que hace referencia el título. Nadie mejor que quien se haya asomado al abismo puede decirte por qué no debes asomarte tú.

En definitiva, otro capítulo de un personaje que madura y mejora con la edad. Me identifico con él en muchas cosas, como su relación con los colegas, la idea de lo que hay que hacer, su hijo o su cinismo ante lo que va deparando la vida, sus meridianos, aunque sé que un personaje de ficción. Estaría peor de lo que estoy si confundiese a Torrente con Santiago Segura...

Muchos ansiamos una aventura de Vila en tiempos de plomo, rodeados en Fort Apatxe- Inchaurrondo.
No nos hagas esperar mucho, anda...(Lorenzo)

Disfruten.

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