En esos días, hablábamos de Oriol y Villaescusa como si fueran Ramón y Cajal, que como dice el chiste: "siempre iban juntos a todas partes".


Llegué al instituto y no dimos ni la primera clase; se montó una asamblea, se convocó huelga y nos fuimos porque de aquella, la movida se podía complicar.
Miedo es algo que se queda corto para definir lo que se sentía en mi casa. Mi madre revivió el miedo al año 39. A temer que volvieran a llamar a la puerta, porque nos temíamos un golpe de estado. Yo lo viví con una mezcla de intensidad y algo de inconsciencia (tenía 15 años y lo tenía todo clarísimo) ¡qué cosas!
El tercer gran bloque de memoria me viene en el entierro de los abogados. Lo organizó el PCE, y si recuerdo algo era el silencio: ni un grito, ni una consigna. Salí del metro de Alonso Martínez y nos reunimos cientos de miles de personas, sin una bandera, sin una pancarta. Silencio. Solamente un helicóptero sobrevolaba la concentración. Ahora sale el "ejque", el Bono, socialista que ha estado ganando 12.000 euros mensuales como presidente del gobierno que era el rey el que volaba en ese helicóptero. Pues muy bien... si él lo dice.
Los de la caverna, lo más rancio de los que mandaban no querían soltar el poder. Nada, ni un ápice. Luego estaban los que tenían algo más de visión y entre ellos el ministro del Interior, Martín Villa. No había tipo en el mundo más odiado. Le llamábamos "el sastre" porque ante las preguntas sobre las investigaciones para aclarar los asesinatos, siempre respondía: "tomaré medidas". También le llamaban "el tercer polvo", porque todo el mundo le quería echar y nadie lo conseguía.
Me estoy haciendo viejo. Mi hijo ahora tiene esos mismo quince años ya camino de dieciséis y ni de coña vive lo que vivimos nosotros. Por mucho que la crisis apriete. Cierto es que en estos tiempos tan grises cuesta pensar en que esto va a mejorar. Como entonces. No parece fácil ni lo es, pero tampoco fue nunca la vida fácil. No queda más remedio que apretar los dientes y seguir. O como digo yo ante ciertas propuestas de incompetentes al mando: callar y coger piedras.
Los inútiles mandaron y ahora también mandan, en todas partes. Y si no, véase el ejemplo del ministro español De Guindos: al frente de Lehman Brothers España cuando el banco ese arruinó la economía mundial. Cuando montas en un avión tienes que pensar que quien está a los mandos es competente y conoce su oficio; no queda más remedio.
Se supone que en un sistema democrático votas a quien te convence. Pero resulta que la ley está hecha a la medida de los que mandan. La ley electoral no es justa ni representativa. Se concibió hace 30 años para asegurar mayorías fuertes y representatividad local y regional: nacionalistas. Ahora es injusto que eso siga así, pero las reglas del juego están hechas.
Hay que pelear, coño, no podemos dejar que hagan lo que les dé la gana. Los inútiles que han hundido los bancos se jubilan con millones de euros; el yerno del rey se los apanda y los saca de España; los caciques regionales se embarcan en gastos faraónicos y luegos piden y piden. Ahora nos aprietan, nos suben el IVA, el gasoil, nos bajan los sueldos y nos aumentan las jornadas. Su plan está claro: la pasta es nuestra y la repartimos como queremos. ¿Queréis trabajo? Pues todos autónomos. Así os pagaremos por lo que hagáis, poco y cuando nos me venga bien y encima pegaos entre vosotros por aquello de la competividad. Rondamos volver a la mano de obra esclava si no lo estamos ya (véase Apple y China).

Tenemos fuerza, somos el 99%, podemos influir en el mercado, comprando aquí o allá, esto o lo otro. Podemos votar y echarles para que nos representen de verdad. Y sobre todo, no hay que pasar una: politico que robe, a la cárcel y que devuelva la pasta. Y si quiere ganar mucho, que se quede en la empresa privada y no robe en la pública. Nadie le obliga a ser político. Hay que ser consciente de la fuerza que tiene cada uno de nosotros.
No lo olvidemos. También salimos de aquella del 77, entre todos.
Echad un ojo a: http://politica.elpais.com/politica/2012/01/28/actualidad/1327776171_202570.html y
si se puede recuperar: Siete días de enero , la película dirigida por J.A. Bardem. Verla en ciertos cines era todo una demostración de valentía.