Se puede hacer de forma controlada a lo largo del año, dependiendo de la planta y del resultado que se busque, claro.
La otra, la severa, conviene hacerla en el momento de menor actividad de la planta, en el caso de los frutales, por ejemplo, hay que hacerla cuando hace "fresco". Y como estamos en invierno, pues ha tocado.
Normalmente, se debe dejar una rama de cada tres, excepto si hay alguna enfermedad, como pasa con los olmos y las ramas afectadas por la maldita grafiosis. Entonces hay que ponerse serios: va en ello la vida de la planta y todo lo que pueda producir.
Y eso toca este año: podar para acabar con la podredumbre que nos afecta, que nos ahoga, que nos impide pensar con claridad en el futuro. Claro que las ramas podridas utilizan todas las artimañas a su alcance para que tú no las cortes, para que te creas que son las buenas y que las que vas a poner nuevas, como los injertos, son malas.
Pero voy a usar las tijeras de podar, las sierras de madera verde, las cizallas y todo lo que corte. Todo para poner una papeleta en un sobre. Es mi arma más poderosa y se lo voy a hacer pagar a todos esos canallas.
Vamos a cambiar, vamos a cortar de raíz muchas cosas. No solo ramas. Disfruten.
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