Bichos y bichas serios y serias.
Parafraseando el penúltimo invento de políticos desocupados o sencillamente incapaces, y dadas las condiciones de la naturaleza que nos rodea, dentro de la abundante y variada fauna de la zona a la que voy en verano, hay una serie de bichos (concepto general útil y variado para definir a todo aquello cuyo nombre desconocemos) con los que hay que ser particularmente cuidadoso cuando nos relacionemos.
No hablamos del jabalí que nos levanta las patatas o del conejo que se zampa nuestras zanahorias. Hablamos de la víbora, llamada por muchos “bicha”
Según las guías de esos bichas, en la zona norte de Guadalajara vive la víbora hocicuda (vipera latastii), una de las tres (cuatro, según algunos científicos) que vive en la Península Ibérica y, aunque teóricamente no vive más arriba de los 2.000 metros (como su prima la áspid de los Pirineos), yo la he visto hace unos veranos rondando esa altitud ya superado el Collado Perdices, camino del Ocejón.
Como método estadístico, la carretera es un chivato considerable, porque las que mueren aplastadas por los coches se quedan bien visibles, y aunque desde hacía dos veranos no había visto ningún ejemplar (ni vivo ni muerto), este año sí promete, posiblemente debido a las lluvias de la pasada primavera.
A los que llevan muchos años conviviendo con estos bichos serios no les voy a decir nada (al contrario, les preguntaré) pero sí quiero recordar a los que tenemos niños que conviene tomar todas las precauciones posibles para evitar accidentes.
Dicen los manuales que la víbora nos morderá si se siente amenazada, si la sorprendemos o nos apoyamos en donde esté situada. La mayor parte de las veces eso sucederá sin que nos demos cuenta, pero hay que aleccionar a la chiquillería para que no jueguen con nada que se arrastre, y mucho menos, señalarlo con el dedo dentro del radio de acción o ataque del bicho en cuestión.
Según las estadísticas (pocas e incompletas), en España muere más gente por reacción a una picadura de avispa que por mordedura de una víbora. De hecho, yo recuerdo haber buscado en todo tipo de fuentes de documentación esas estadísticas y no he encontrado nada. El único registro fiable es el de algunos hospitales en la mayoría de los cuales los afectados ingresan por urgencias. Si ese tipo de ingreso se repite, algunos médicos suelen elaborar protocolos de tratamiento para los afectados.
También es frecuente encontrar en la zona del Ocejón a la culebra de escalera (elaphe scalaris), que aunque oficialmente no es venenosa ni peligrosa, intentará asustarnos y dar el pego con su actitud (ved http://www.sekano.es/?p=1087). Teóricamente, la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) y la de cogulla (macroprotodon cucullatus) son venenosas y capaces de inocular veneno, pero los dientes los tienen en la parte trasera de la boca, y sólo usan el veneno cuando tragan a sus presas. Será difícil que intenten tragarse un dedo o una mano nuestra…
En resumen, cosas que hay que hacer:
- no ponerse nervioso (¡Ja!); el ataque de pánico es lo realmente malo de la mordedura de serpiente; reposo, mantener la extremidad afectada en un plano bajo.
- Lavar la herida con agua y jabón; no aplicar betadine porque colorea la piel y no se podrán observar los cambios de color.
- Poner una gasa estéril, nada de cremas.
- Agua fría en bolsa, no hielo en contacto directo con la piel
- Si duele mucho, dar al atacado un analgésico (ya se sabe, los médicos con gelocatil lo arreglan todo).
- Traslado al hospital, a ser posible con la serpiente atacante viva para su correcta identificación. A ver quien es el guapo que captura a la bicha (encima viva) y la lleva en el coche hasta Guadalajara, 60 kms de curvas y manteniendo el tipo... Hace años pregunté en la farmacia de Tamajón (último enclave civilizado, en el que hay... ¡hasta pan!) y no tenía nada previsto en caso de mordeduras, así que al hospital.
Y sobretodo, olvidad lo de las películas:
- hacer un torniquete salvaje, que sólo provocará que el miembro resulte afectado de verdad.
- chupar la herida (¡puajjjjjjjjjj…!): la cantidad de veneno extraída dicen que es mínima y encima corre el salvador el riesgo de envenenarse a su vez
- darle whisky al afectado: el alcohol favorece la circulación del veneno en la sangre.
Y estos son algunos enlaces interesantes con gráficos sobre las diferencias entre las formas de las cabezas, las pupilas, grados y tratamiento.
http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0212-71992007000800014&script=sci_arttext
http://www.saludalia.com/Saludalia/web_saludalia/urgencias/doc/documentos/doc/mordeduras_serpientes.htm
http://www.svnp.es/boletin/40-1-06.pdf
Y sobretodo, que no haga falta nunca tener que consultarlos…
No hablamos del jabalí que nos levanta las patatas o del conejo que se zampa nuestras zanahorias. Hablamos de la víbora, llamada por muchos “bicha”
Según las guías de esos bichas, en la zona norte de Guadalajara vive la víbora hocicuda (vipera latastii), una de las tres (cuatro, según algunos científicos) que vive en la Península Ibérica y, aunque teóricamente no vive más arriba de los 2.000 metros (como su prima la áspid de los Pirineos), yo la he visto hace unos veranos rondando esa altitud ya superado el Collado Perdices, camino del Ocejón.
Como método estadístico, la carretera es un chivato considerable, porque las que mueren aplastadas por los coches se quedan bien visibles, y aunque desde hacía dos veranos no había visto ningún ejemplar (ni vivo ni muerto), este año sí promete, posiblemente debido a las lluvias de la pasada primavera.
A los que llevan muchos años conviviendo con estos bichos serios no les voy a decir nada (al contrario, les preguntaré) pero sí quiero recordar a los que tenemos niños que conviene tomar todas las precauciones posibles para evitar accidentes.
Dicen los manuales que la víbora nos morderá si se siente amenazada, si la sorprendemos o nos apoyamos en donde esté situada. La mayor parte de las veces eso sucederá sin que nos demos cuenta, pero hay que aleccionar a la chiquillería para que no jueguen con nada que se arrastre, y mucho menos, señalarlo con el dedo dentro del radio de acción o ataque del bicho en cuestión.
Según las estadísticas (pocas e incompletas), en España muere más gente por reacción a una picadura de avispa que por mordedura de una víbora. De hecho, yo recuerdo haber buscado en todo tipo de fuentes de documentación esas estadísticas y no he encontrado nada. El único registro fiable es el de algunos hospitales en la mayoría de los cuales los afectados ingresan por urgencias. Si ese tipo de ingreso se repite, algunos médicos suelen elaborar protocolos de tratamiento para los afectados.
También es frecuente encontrar en la zona del Ocejón a la culebra de escalera (elaphe scalaris), que aunque oficialmente no es venenosa ni peligrosa, intentará asustarnos y dar el pego con su actitud (ved http://www.sekano.es/?p=1087). Teóricamente, la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) y la de cogulla (macroprotodon cucullatus) son venenosas y capaces de inocular veneno, pero los dientes los tienen en la parte trasera de la boca, y sólo usan el veneno cuando tragan a sus presas. Será difícil que intenten tragarse un dedo o una mano nuestra…
En resumen, cosas que hay que hacer:
- no ponerse nervioso (¡Ja!); el ataque de pánico es lo realmente malo de la mordedura de serpiente; reposo, mantener la extremidad afectada en un plano bajo.
- Lavar la herida con agua y jabón; no aplicar betadine porque colorea la piel y no se podrán observar los cambios de color.
- Poner una gasa estéril, nada de cremas.
- Agua fría en bolsa, no hielo en contacto directo con la piel
- Si duele mucho, dar al atacado un analgésico (ya se sabe, los médicos con gelocatil lo arreglan todo).
- Traslado al hospital, a ser posible con la serpiente atacante viva para su correcta identificación. A ver quien es el guapo que captura a la bicha (encima viva) y la lleva en el coche hasta Guadalajara, 60 kms de curvas y manteniendo el tipo... Hace años pregunté en la farmacia de Tamajón (último enclave civilizado, en el que hay... ¡hasta pan!) y no tenía nada previsto en caso de mordeduras, así que al hospital.
Y sobretodo, olvidad lo de las películas:
- hacer un torniquete salvaje, que sólo provocará que el miembro resulte afectado de verdad.
- chupar la herida (¡puajjjjjjjjjj…!): la cantidad de veneno extraída dicen que es mínima y encima corre el salvador el riesgo de envenenarse a su vez
- darle whisky al afectado: el alcohol favorece la circulación del veneno en la sangre.
Y estos son algunos enlaces interesantes con gráficos sobre las diferencias entre las formas de las cabezas, las pupilas, grados y tratamiento.
http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0212-71992007000800014&script=sci_arttext
http://www.saludalia.com/Saludalia/web_saludalia/urgencias/doc/documentos/doc/mordeduras_serpientes.htm
http://www.svnp.es/boletin/40-1-06.pdf
Y sobretodo, que no haga falta nunca tener que consultarlos…
La foto es de la página http://www.gencat.cat/salut/depsalut/html/es/dir92/serum.htm y fue cedida a su vez por Delfín González
Interesante recomendación en esta época del año en que proliferan los bichos.
ResponderEliminarSaludos