Resulta que unas veces priman unos criterios, por ejemplo : cantidad; "hay que pasar muchas fotos a los clientes", "hay que apabullar", "hay que dar sensación de que estamos en todo", "hay que..."; estas son las instrucciones de quien está en un despacho y decide o calcula según unos baremos. El currito que da a la tecla piensa lo contrario, pero su opinión no cuenta. La situación puede repetirse durante largo tiempo.
Hasta que un día llega el cliente (o varios) y dice: "dejad de mandarme tanta porquería y mandad información seleccionada. No me mandéis fotos de cosas raras y por docenas. Editad y seleccionad lo importante"; es comprensible: no hay tiempo para procesar tantísima información y es mejor que te la den, si no masticada, sí al menos en el plato. Nos pasa a todos, ¿verdad?; ¿quién lee todas las páginas que te da el tío ese de gafas que todo lo sabe (google)? Y claro, el cliente paga y al cliente sí se le hace caso.
Entonces llega el gran problema: ¿quién selecciona? Hay un curro en estos lares que se denomina editor; es aquel que selecciona y mantiene unos criterios de calidad, adecuación e incluso de cantidad; selecciona el material en función de su importancia, de la urgencia o de cualquier otro baremo y aquí viene lo fundamental: es siempre el mismo. Ha de ser un criterio de calidad y contrastado, el que HACE EMPRESA.
Pero la empresa no tiene o no pone un editor, por motivos económicos generalmente, así que delega en cada uno de los curritos la susodicha edición. Entonces nos encontramos un panorama divertido: 11 curritos + 3 jefas + 1 directora= 15 posibles criterios diferentes ante un mismo tema... ¡impresionante! ; por supuesto, los criterios de quienes están por encima priman sobre el que ha aplicado quien ha escogido o mandado la foto... pero después.
A mí me pasó esto muchas veces en otro trabajo: tú tomabas una decisión en un momento, porque dependía de tí, con urgencia, con criterio... y cinco días después un tipo en un despacho te daba la charla porque tendrías que haber hecho otra cosa. Claro, sabiendo lo que sabes cinco días después, pero ese tipo no estaba allí.
Ahora pasa lo mismo pero peor, porque hay más jefes: uno te habla de porcentajes para que no selecciones demasiado, otra te dice que pases esta otra foto (que es igual que una anterior y de peor calidad) y otra, otro día te dice que has pasado muchas... es tontería preguntar : "¿en qué quedamos?" porque no hay criterio. Y menos mal que ese criterio no está prostituído por la política o los intereses de algún poderoso.
Y encima, uno se encuentra con un tema que se repite: el tiempo atmosférico. Desde que los periodistas descubrieron que SIEMPRE se puede hablar del tiempo porque siempre ESTÁ AHÍ pues nos encontramos con que es información el hecho de que nieve en noviembre en el norte... o en Alemania, o en Holanda. Pues claro, ¡leñe! Menudas memeces se cuentan sobre el tiempo: transmisiones en directo vía satélite para que un gilipuertas que no ha esperado un autobús al raso en su vida diga que "hace muchísimo frío: 5 grados bajo cero". Y un cuerno.
Y esto no ha hecho más que empezar. Promete.