Sí señor, un tío grande, eso eres tú, Pau Gasol. Siempre me ha dado envidia la gente que ha tenido una afición o una pasión y ha sido capaz de sacarla adelante, fuera cual fuera y pasase lo que pasase a su alrededor. Se puede caer el mundo y ellos siguen incólumes ante la adversidad, creciéndose cada día para ser capaces de alcanzar su sueño. Le llamaron pesetero (no había euros aún, jejejeje…) en Barcelona cuando dijo que se iba a la NBA. Le intentaron desmotivar poniéndole el caso de Fernando Martín, primer español que se asomó a aquel mundo. Contaba éste que se sintió muy solo en su habitación y harto de comer hamburguesas. Decía que era muy difícil entender las órdenes que un gringo cabreado te daba a voces desde un banquillo en un estadio repleto de gente vociferante. Gasol (entre otras cosas) sabe leer y se fue para allá con la lección aprendida… y con su familia, lo cual le ayudó mucho. Y además juega un montón y bien.
Además Gasol ha sido grande hasta en las ruedas de prensa, y cuando algún piriodista (Gil dixit) le ha preguntado en catalán, contesta en catalán y cuando le preguntan en inglés, en inglés y en castellano cuando procede (las más de las veces); pese a politiquillos de tribu nacionalista a los que les habría encantado, nunca se negó a jugar en la selección española de baloncesto. No es por nada, pero han sido campeones del mundo, medalla de plata olímpica y subcampeones de Europa en ná de tiempo. Grandeza (es más alto que yo, ahí donde le ven) en todos los planos de la realidad. Lo malo es si ahora se le empiezan a arrimar políticos y politiquillos, a chupar cámara y salir en la foto. Ojalá les pegue un bufido como hizo Fernando Alonso cuando ganó el mundial de Fórmula 1. Otro que tal baila. Lo tuvo claro desde pequeño. ¡Qué envidia! Saber lo que quieres hacer y ganar desde que eres un monicaco…
Yo cumplí ayer 48 años (cumpelaño felí, cumpelaño felí…) y tengo unas oposiciones a maestro el viernes que viene. Estoy dudando si siquiera ir a firmar, o ahorrarme el bono bus, porque lo que es ir a “labrarme un futuro” se me hace pelín cuesta arriba a estas alturas de colegio. Si desde donde estoy, la niebla no me deja ver el pico del Everest, la verdad es que se me quitan las ganas de seguir escalando, así que no sé si darme la vuelta o pedirle al Yeti que me acoja en su guarida, pero cada uno en su catre, ¡que conste!.Ya os contaré más cosas de esta semana. Hoy ya no puedo más.
Gracias a todos.
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