Cuando algo se da mal, y aunque uno pelee todo lo que pueda y ve que todo sigue saliendo mal, desea que lo que sea, termine lo antes posible. Siempre lo he dicho: si un día ha salido cabrón, vete a dormir y así se terminará antes. Igual me está pasando con el mes de julio. Y lo bueno es que todavía estamos a 16. Pero es que se me junta una sobre otra:
- pinrel: me duele un metacarpiano del segundo dedo del pie derecho; he dedicado tiempo y recursos, he ido al médico, me han ofrecido consulta de especialista a finales de septiembre ("¿de 2014?", pregunté). No es un dolor incompatible con la vida (de ahí que el médico que hay en casa no diga ni mú) pero es molesto/frustrante según para qué actividades. Así que frenazo a la bici y a las carreritas. Hasta nadando me duele a veces. Tratamiento: Ajo y agua.
- exámenes: tras el descubrimiento de la Comunidad de Madrid de que si echa a los maestros interinos el día 30 de junio se ahorra los sueldos de dos meses de verano y además les cobra casi 70 euros a cada participante (60 tribunales, a una media de 55 personas por 69 y pico euros = casi 300.000 euros ingresados en el mes de junio), nos van a hacer presentarnos a oposición cada año. Casi ná.
A poco que tengas que releer temas obsoletos, preparar programaciones que fueron creadas en épocas mejores y repasar unas cuantas cosas, tienes que distraer unas cuantas horas a hacer que te preparas. Luego acabas convencido de que jamás te habrías estudiado lo que te preguntaron por mucho tiempo que hubieses tenido. Hoy me han dado las notas: no he aprobado el segundo y definitivo examen. Claro que no sé si es mejor no aprobar que aprobar sin plaza (37 plazas en Madrid es directamente, una burla a la educación pública) por lo que me lo tomo con calma.
- paro: ahora resulta que aunque a los interinos nos echen el 30 de junio, estamos "disfrutando" las vacaciones; no me puedo apuntar al paro hasta el día 25 (San Santiago) y por tanto, no puedo pedir el subsidio hasta al menos ese día. Obvio es que no cobro en julio ni en agosto, y luego tal vez cobre lo que se dignen a concederme de golpe en septiembre, vamos, digo yo. A esperar tocan.
- obras: por fin se puede atacar la búsqueda de la causa de la gotera intermitente e itinerante del pasillo. La cosa era fácil: desmonta todo lo que hay en la terraza, lo trasladas a un lado. Levantan el suelo, impermeabilizan; luego vuelves a trasladar lo desmontado a la zona ya impermeabilizada y así impermeabilizan el resto. Fácil. Por Ley de Murphy caen las tormentas que cayeron en Madrid cuando estaba el forjado al aire: goteras. Tras secarlo y cotejar que las manchas por agua afectan a toda la casa, resulta que sigue goteando a veces, por otros sitio o por ahí mismo. Vuelta a empezar, por supuesto cuando está todo colocado... y así hemos entrado en la cuarta semana de obra en la que (por fin) parece que ya sabemos qué es: que no todos los materiales pegan bien unos encima de otros. Luego habrá que escayolar lo roto, pintar y arreglar los desperfectos.
Y entre todas estas cosas, no les extrañe que no hay podido estrenar la bici que me regalé en mi cumple. Nuevecita está en el trastero. La voy a coger con unas ganas... tantas al menos como las que tengo de que el mes de julio acabe pronto. Y que no vuelva.
Disfruten.