miércoles, 23 de febrero de 2011

Endo-games


El título es una "gracia" que me permito, aún a riesgo de que alguno de vds. no esté de humor y no tenga ganas de reírla.. y ya se sabe que de gracioso a patoso hay una fina línea y no me gustaría sobrepasarla.

Se me ocurrió ayer viendo fotos de moda de la pasarela de moda esa tan famosa que hay en Madrid (Neptuno fachion güí, o algo así) viendo las cosas tan espantosas con las que desfilan las modelos . De verdad, sean sinceros: ¿alguien piensa que la genta normal se va a poner semejantes "diseños"? Esta es mi opinion, claro, pero me llevó a pensar que semejante "fachion güí" es únicamente algo endogámico, un espectáculo de ellos y para ellos, magnificado por los medios de comunicación y que parecen buscar que esto parezca algo.
A ver si me explico: siempre hay alguna traposa, pero la inmensa mayoría ni va a seguir la "tendencia" ni a pagar millonadas por semejante traperío, entonces ¿qué buscan? Los humanos normales compraremos ropa que nos guste, que nos siente bien o nos haga sentir bien y sobre todo (en mi caso) compro la que sea práctica, esto es: que dure y sea fácil de llevar en la vida real, no en un pabellón del IFEMA de Madrid en el que se reúnen todos estos "especialistas". Pero , mire, si es lo que les gusta y les va bien, me alegro por ellos. Pero que no intenten convencerme, porque lo que lleva esta modelo... ¿es un gorro?, ¿un pulsador? ¿un pezón mecánico?

Dentro de estos endo-games, hemos tenido hace poco la Gala de los Goya, ya saben, la supuesta fiesta del cine español, ese que no sabe atraer gente (ni española ni de otros lares), que no sabe o quiere desprenderse de la etiqueta de "mantenido" o "subvencionado" y que se dedica a autocompadecerse continuamente. De año en año sus resultados son peores y sin visos de recuperación excepto por algún caso puntual (Torrente 4, que viene) que sirve para maquillar la estadística y tampoco dice mucho del intelectual público (yo entre ellos, perdón) que visione el producto.

Y si no me creen, para endo-games los fines de semana en los que los partidos políticos (ni sábados ni domingos nos dejan descansar) se quitan la corbata y se amogollonan ellos mismos con sus propios líderes y amiguetes a decirse a sí mismos lo buenos y lo guapos que son y lo bien que lo van a hacer si siguen o consiguen la poltrona... ellos y sus amiguetes como Correa, por ejemplo o los enchufados en EREs irregulares en el cortijo andaluz.


Explicaba a mis hijos el otro día que, en este mundo y en los tiempos que corren, todo está relacionado y todo está aquí, junto a nosotros... los EREs de Huelva y los tiros en Libia; incluso el terremoto de Nueva Zelanda se ve YA, no hay que esperar meses a verlo en un periódico o documental. Pinchas un enlace en una página y ves a los bomberos rascando en los escombros para rescatar a alguien.

Así que, con este panorama en el que la placa del Pacífico se pega de tortas con la indoaustraliana y sin perder de vista lo inmediato y lo próximo, no voy a cambiar mi opinión sobre la endogamia de los putos políticos por mucho mítin que televisen, sobre la gente del cine por mucho que lloren los directores en los Goya o sobre la moda por flacas y escuchimizadas que estén las modelos. Por cierto, ¿por qué las modelos tienen esa cara de cabreo? ¿porque no comen?

Y hablando de todo un poco, ya que los portugueses sí lo han hecho, con lo que cuesta el sistema de traducción de lenguas vernáculas del Senado, ¿cuántos aviones se podrían haber enviado a Libia a evacuar ciudadanos, independientemente de la lengua materna que tuviesen?

Disfruten, que la vida son dos días y uno de ellos es laborable.
Nota: las fotos las he tomado prestadas (por orden de aparición) de:

domingo, 13 de febrero de 2011

Memoria o escepticismo.


Vds. sabrán disculparme, pero no me siento nada entusiasmado por el cariz que parecen tomar los acontecimientos a partir de la revuelta de Túnez y el abandono del poder de Mubarak en Egipto. Yo no sé si es que mantengo frescos ciertos recuerdos de una época que parece lejana para mucha gente pero que nos marcó a los que teníamos una edad en la que nos dábamos cuenta de las cosas y podíamos participar más o menos a medias; me refiero a la época de la transición española, que ahora se considera poco menos que ejemplar para muchos países que buscan (de forma pacífica) la evolución hacia una sociedad mejor. Cierto es que la sociedad estaba muy dividida, pero yo recuerdo la frustración continua de ver que las cosas no avanzaban como querías, que las reformas no se consolidaban, que se cometían atentados salvajes e incomprensibles para nadie excepto los que lo cometían, que te imponían un rey, que seguiría siendo oficial una bandera a la que mi familia asociaba la represión de los militares y los falangistas, y que algunos fascistas se cambiaban de chaqueta y osaban decir que eran demócratas de toda la vida.


Evidentemente, no tiene nada de bueno vivir bajo la opresión de un partido político, militar caudillista o gobernante corrupto. Es mucho mejor poder elegir a quien te gobierna, y poder mandarle a la porra si se pasa puesto que tenemos un arma efectiva: el voto. Lo que pasa es que con los años uno se vuelve escéptico aunque tenga momentos de emoción viendo la alegría pública de aquellos que sienten el soplo de la libertad. Puede sonar cursi, pero me alegro un montón. Y ahora viene una pregunta: "¿Y mañana qué?". En el caso de Egipto, los militares se han autoconcedido, autonombrado o autoencumbrado a gobernar durante un período variable y que teóricamente desembocará en elecciones legislativas, presidenciales o en referéndum para la consitución...


En la antigua Roma, cuna y base de nuestra cultura en muchos aspectos, en momentos de grave crisis se nombraba a un tirano. El tipo solía ser un tipo con carisma, conocimiento y que centraba el poder para que todas las fuerzas de dirigieran hacia lo necesario, que solía ser la salvación de la patria. De esa forma, se ahorraba tiempo, energía y dinero y se enfocaban todos los esfuerzos al objetivo único y general. Lo malo es si el pavo de turno le cogía gusto a la poltrona y, utilizando su fuerza contra los que le auparon, allí se quedaba... hasta que apareciera alguien que le echara.

La postura de los militares egipcios me recuerda demasiado a los militarotes en general. De verdad, ojalá me equivoque y no se repita la situación que tantas veces se dio en América y de la que tantos desgraciados ejemplos nos dieron.

Afortunadamente, la mentalidad de la población suele cambiar. Ahora mismo en España es impensable que una secta armada, con sus propias ideas sobre la patria, la convivencia o la vida, se impusiera o se colocara a tutelar un proceso... excepto si se lo pidiera el pueblo, que es de quien emana la autoridad (aunque los putos políticos parezcan estar por encima del bien y del mal). Quiero pensar que en Egipto y en Túnez se lo ha pedido el pueblo, y que un ejército moderno, de gente joven, sin condicionantes políticos o partidistas, se ha propuesto llevar por el buen camino la convivencia de una sociedad asfixiada. Las elecciones pondrán a quien el pueblo elija... es lo que tiene la democracia, que un tipo como Berlusconi puede salir elegido varias veces, o que ganen los hermanos musulmanes. De todas formas, ¡adelante!

Pero si la cosa tiene pinta de ir bien...¿por qué 4.ooo tunecinos se han largado en pocos días a esa roca que es la isla de Lampedusa?
Nota: la foto es del archivo histórico del PCE , es el entierro de los abogados asesinados en la calle Atocha, y la he tomado de: